miércoles, 31 de agosto de 2011

Alucinaciones en verde pistacho!

2 de la madrugada, Mary estaba sentada en la cama, llevaba puesto su pijama favorito; era una de esas noches cálidas de mucho viento. Desde su lugar podía sentir el movimiento de la habitación, se dedico a contar cada uno de los giros. Por momentos podía observar como los duendes estaban tras la pared, esperándola; como si no hubieran pasado casi 7 meses de la última vez que despertó en el sombrero. Los colores impedían que pudiera conciliar el sueño, tenía miedo de dormirse y despertar en ese estúpido sombrero una vez más, y esperar años a que el mago dejara de convertir duendes en conejos. Además ahora tenía un buen motivo para quedarse en la tierra; tenía alitas de colores, que no eran de carton así que ya no importaba la lluvía. Y que importa si ya había hecho amistad con el paraguas.

“todos piden conejos, nadie pide un duende”

Desistegración.



lunes, 29 de agosto de 2011

69

Tu piel sonreía.
.........Mi piel un poco más.


tu boca besando mi frente
deslizandose por toda mi cara
un mordisco en mi labio inferior
y tu lengua serpenteante
sacudieron mi somnolencia
despertandome al instante
tu boca bajo por mi cuello
senti tus senos entre mis cabellos
y mientras bajabas por mi pecho
con besos mas excitantes
tus pechos eran ya mios
y los bese anhelante
temblaste como yo temblaba
al sentirte llegar a mi ombligo
y el tuyo ante mi boca lami
ya me llegaba el efluvio
de tu aroma de mujer
con tus dientes traviesos
dabas tirones ligeros
al vello de mi pubis
demorando tu llegada
mientras mi boca rezumaba
por beber tu miel, deliciosa
y no fuiste torturadora
pues te me acercaste
y en el mismo momento
que mi lengua te lamia
tus manos tomaron mi sexo
y ambos nos sacudimos
lenguas en sexos distintos
sexos ya totalmente palpitantes
tu boca tragaba glotona
la mia bebia golosa
mi gemido, tu gemido
nos hacian más participes
del placer que nos llegaba
y succionabas ansiosa
mientras yo te recorría
y en mi boca almacenaba
todo lo que de ti se vertía
saciandonos muy lentamente
los cuerpos se sacudian
incapaces de estar quietos
recibiste tu alimento
el que tu tanto querias
sin desperdiciar ni una gota
mientras que la mia se llenaba
de una oleada deliciosa
que al cielo me transportaba
entre gritos de esa agonia
a la que los franceses llamaban
pequeña muerte y sentida
aun asi nos mantuvimos
unos minutos mas
acariciando y besando
las anatomias respectivas
para que al final nos movieramos
buscando yo tu boca, y tu la mia
los olores, los sabores
de tan gloriosas corridas
y los sexos se encontraban
piel con piel, en ese dia
anticipo de muchos otros
que a continuación seguirían...

(Fragmento poema anónimo)