Perdida en el sombrero del Mago trikiñakis... Todos piden conejos, nadie pide un duende.
lunes, 31 de enero de 2011
¿Quién soy?
Ahí estaba en una silla, sentada viendo como la habitación giraba No comprendía como es que tanto giro aún no se había convertido en aquel ser verde. El en la otra silla se encontraba mirando por la ventana, su cuerpo era completamente verde, sus orejas definitivamente eran las de un duende.
Mary se dirige a la ventana, la abre, sale al techo de casa; se sienta. El comienza a cantar una canción que sólo los árboles y el viento entendían. Ella se pone de píe, abre sus brazos y comienza a hacer fuerza, pero las alas estaban demasiado dañadas para volar. Sólo le queda recordar cuando tenía unas grandes alas de colores.
Andrew la mira y le dice, podría pasar toda la tarde viendo como te vuelves verde y te crecen las alitas.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Muy bonito el escrito como siempre, siempre logras hacerme sentir. Aunque Andrew podría pasar toda la vida mirando como Mary se repone. Te amo negrita.
ResponderEliminarQuerido anónimo XD! je, je, je
ResponderEliminarCuando vuelvas a Chile llamame. Estoy en Pucón :)
Te quiero gringito XD!
besos de papa frita...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar