Los duendes me han dicho que no me han de acompañar en este nuevo viaje, a ellos no les gusta la gente grande, a donde voy está lleno de esos; como dice el principito la gente ve un sombrero, en vez de una boa que se come un elefante; no importa mientras yo aún pueda ver lo imposible, lo único que siento es que  a veces hay que abandonar parte de nosotros. Le he prometido que no le iba a abandonar, pues tendré que romper mi promesa. Mi camita ha de quedarse sola, sin mi cuerpecillo de 48 kilos.

Los sueños se hacen realidad a medida que los hacemos parte de nosotros, a medida que los sentimos, que los vibramos, que los sufrimos, que agotamos los recursos imposibles para lograrlos. He cumplido casi todos mis sueños, sólo me queda uno, creo que es el que más deseo y él lo sabe.

No es bueno emprender viajes sola, es por eso que he buscado a un amigo, se los presento, está en busca de un nombre; creo que no tengo la suficiente lucidez mental como para dárselo. Ayúdenme a buscarle un nombre.